Brayan José Orozco Caraballo fue el hombre capturado hace cuatro días en el barrio La Esmeralda en el suroccidente de Barranquilla, con un fusil táctico con 24 cartuchos.

Un arma poco común que puede ser hallada por las autoridades en Barranquilla.

De acuerdo con especialistas en armas, "los fusiles tácticos son rifles similares a los francotiradores, pero con un alcance de tiro que varía entre mediano y largo. Debido a esto son difíciles de controlar".

El hombre fue llevado a la URI de la Fiscalía y fue presentado ante un juez de control de garantías, que tomó la insólita decisión de cobijarlo con detención domiciliaria a pesar del prontuario delictivo que tiene.

El hombre registra una anotación, incluso, por fuga de preso del 9 de septiembre del 2016, lo que hace presumir a la Policía que teniendo una domiciliaria no es garantía que la vaya a cumplir.

También tiene una anotación por homicidio del 28 de agosto del 2015 y dos por porte ilegal de armas con fechas de 8 de marzo del 2015 y del 3 de septiembre del 2013.

La ciudadanía está alarmada por decisiones como esta, teniendo en cuenta que hay más garantías para la delincuencia que para la misma comunidad.

Además, es válido cuestionar el papel de la Procuraduría General de la Nación en este tipo de audiencias, en representación de la comunidad o del pueblo. 

La Fiscalía queda sola ante los jueces que dictan este tipo de decisiones polémicas.

Es imperioso que la Procuraduría desarrolle una eficaz representación del pueblo, que es finalmente el más afectado con los beneficios que reciben este tipo de delincuentes con anotaciones.